Hoy será el inicio de los Sanfermines; le llaman el Chupinazo, y le llaman tradición a una botellona y a un excesivo maltrato animal, y no sólo me refiero a los toros; también hay maltrato a algunas mujeres.
Odio las fiestas gamberras, llenas de ruidos y drogas, que le llaman tradiciones populares; como odio los clichés que algún gamberro americano que escribía bien puso de moda.
Hemingway ya era un gamberro cuando pisó Pamplona; pero los Sanfermines lo hicieron más gamberro aún. Y lo peor: lo puso de moda, como ya antes los viajeros románticos venían a las Españas a conocerlas y se quedaron sorprendidos… Claro que aquellos viajeros románticos al menos se llevaron una España de culto y culta en su popularidad incluso; en cambio, el americano sólo se llevó una gamberrada, cual el maltrato animal y una botellona colectiva en la que, en manadas, van y vienen y vuelven a ir para regresar a lo de siempre: la sempiterna España chulesca, fanfarrona y maleducada que siempre fue y será; como un paraíso para siempre perdido, donde nunca fue posible la razón, la inteligencia, el humanismo y la solidaridad…
Hemingway ya era un gamberro cuando pisó Pamplona; pero los Sanfermines lo hicieron más gamberro aún. Y lo peor: lo puso de moda, como ya antes los viajeros románticos venían a las Españas a conocerlas y se quedaron sorprendidos… Claro que aquellos viajeros románticos al menos se llevaron una España de culto y culta en su popularidad incluso; en cambio, el americano sólo se llevó una gamberrada, cual el maltrato animal y una botellona colectiva en la que, en manadas, van y vienen y vuelven a ir para regresar a lo de siempre: la sempiterna España chulesca, fanfarrona y maleducada que siempre fue y será; como un paraíso para siempre perdido, donde nunca fue posible la razón, la inteligencia, el humanismo y la solidaridad…
Sólo sabemos gritar, maltratar animales y pegar garrotazos...
Y le llamamos tradición...
Y le llamamos tradición...
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