lunes, 9 de julio de 2018

EXAMEN DE CONCIENCIA IV

No, no he sido nada de lo que creí que quería ser...
No, no he sido eterno como amante ni como amado...
No, no he sido fiel, aunque sí fui siempre leal...
No, no he sido padre ni he contribuido, así, a proseguir la vida que me dieron...
No, no he sido tan buena persona como hubiese deseado y, quizás, necesitado...
No, no he sido tan solidario como me exigía mi impaciente y siempre quejosa conciencia...
No, no he sido, en lo profesional, tan exigente como me propuse...
No, no he sido casi nada de lo que creí que quería que podía ser...

¿O acaso no quise porque no pude querer?

Y recordé a Borges en su remordimiento...

REMORDIMIENTO

He cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer. No he sido
feliz. Que los glaciares del olvido
me arrastren y me pierdan, despiadados.

Mis padres me engendraron para el juego
arriesgado y hermoso de la vida,
para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
Los defraudé. No fui feliz. Cumplida

no fue su joven voluntad. Mi mente
se aplicó a las simétricas porfías
del arte, que entreteje naderías.

Me legaron valor. No fui valiente.
No me abandona. Siempre está a mi lado
La sombra de haber sido un desdichado.

J. L. BORGES


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