lunes, 2 de julio de 2018

NUESTRA ARCADIA...

Cuando llegaba julio nos trasladábamos a Tolox, a la casa de Tolox, en el pueblo más hermoso entonces de Málaga (cada año era premiado por el régimen como el pueblo más bonito de la provincia)...
Una casa donde el abuelo materno -y ya antes su padre, el bisabuelo- tuvo la farmacia, botica que durante la guerra civil trasladó a Coín donde había plaza vacante; allí donde mi padre ya había empezado a estudiar la carrera y que interrumpió por la guerra... Al cabo, acabó siendo competencia de su suegro al abrir su farmacia tras acabar los estudios al finalizar la dichosa guerra.
Sí, cuando llegaba julio dejábamos a los curas y las monjas en Málaga capital y nos íbamos a Tolox, a la casa de Tolox, en el pueblo...
Y a diario, Juan 'El Bote' nos llevaba al campo de Tolox, 'La Vegueta', donde el jardín de la libertad y la vida... Por las tardes, en el crepúsculo, regresábamos al pueblo, a la Plaza Alta, a jugar, a tomar polos y helados...
Desde entonces, todos los veranos los pasábamos allí, en el campo de Tolox, donde la memoria colectiva de más de cuatro generaciones...
Pero desde que murió mi madre, Doña Lola, ya no volvimos a pasar los veranos en el campo de Tolox... Quizás como su más hermoso homenaje: mi madre amaba aquellas tierras tanto que sin ella ya presente nunca más fue para nosotros lo mismo aquel eterno campo de Tolox...
Sí, allí hemos vivido quizás los más inolvidables momentos de nuestras vidas...Tanto que para todos nosotros, mis hermanos, cuñados, primas y sobrinos, sigue siendo aún el refugio eterno de nuestras vidas...
Foto: finca 'La Vegueta' (Tolox)

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