sábado, 14 de julio de 2018

LA REGRESIÓN DISFRAZADA DE PROGRESISMO

Nunca he creído en casi nada; no soy un hombre de fe sino de sentimientos, mi única creencia... Y el primer sentimiento es el común a un ser humano: el respeto y la solidaridad para con el otro que es distinto...
Por eso nunca he entendido la maldad, la guerra, la crueldad y el maltrato o la violencia...
Como tampoco aquellos temas pueden olvidar -en la respuesta que hay que dar- que el hombre (soy de los que usa el neutro y denuncio la demagogia de todos y todas, médicos médicas, etc) es un animal que la civilización y la cultura han ido trasformando en seres inteligentes y nobles...
Lo demás, buenismo y/o victimismo dependiendo del sexo...
Y hay una mujer que conocí hace ya unos años, de Huelva, valiente, libre y con coraje, que vive en las hermosas tierras salmantinas, donde la he visitado más de una vez, que lo dice muy clarito... Se llama Maria Martin Garcia y hoy me ha dejado este texto en forma de comentario a uno de mis post:
"Me siento por ser mujer una menor que debe de ser protegida.
No tengo por qué aguantar que me traten de forma diferente a un hombre, porque no lo soy.
No tengo por qué consentir que me digan como debo vestir, vivir, trabajar o tener sexo, porque lo he decidido yo durante toda mi existencia.
Esta discriminación positiva es un retroceso en los derechos de las mujeres.
Triste sociedad que distrae con estupideces"
Lo dicho: una mujer libre, con coraje, y que adoro hasta en sus adentros...
Gracias, querida... Como diría Thoreau, "las estrellas no rehúsan su brillo"...


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