domingo, 5 de junio de 2016

VENGO DE OTRO MAR...

Vengo de otro mar por donde las mañanas llegan cubiertas de una leve neblina que a veces lo ocultan; como una pared que alcanzara el cielo blanco sobre su suelo, la mar gris; para entonces, barcazas, apenas dibujadas, se mecen cansadas de pesca y madrugadas...
La bahía, difusa pero radiante de ojos y ternezas, se va abriendo de par en par a la mañana...
Y es allí, siempre al amanecer, cuando te me apareces; como también los deseos: desnuda de blancos...
Y te paseas incierta, por entre la neblina, sobre el mar, para ti ya celeste y adolescente...
Por entonces, las barcazas comienzan sus regresos...
Los marineros, asombrados de ti, merodean tu figura; como yo rodeaba tu cuerpo cuando más me gustabas: recuerdas, al atardecer de nuestros encuentros...
Al cabo, los marineros lloran desconsolados: nadie les cree porque nadie te ve, excepto los marineros y yo; cada amanecer sobre aquella mar de la que vengo, diluida en formas...
Y siempre con botas de terciopelo marrón...
Sí, vengo de otro mar por donde siempre te me apareces; y esa es mi fortuna y mi secreto: a diario; cada amanecer...


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