lunes, 28 de septiembre de 2015

CATALUÑA

Cuando yo era pequeño Cataluña era el lugar de España hacia donde emigraba la gente sencilla de mi pueblo.
Volvían al pueblo cada verano. En agosto, cuando las fiestas en honor de la Virgen de la Fuensanta, la patrona.
Ya entonces Cataluña era para muchos de nosotros la España próspera, avanzada, solidaria y emprendedora.

Cuando los años de aprendizaje supe que en la Universidad de Barcelona estaba la mejor y más prestigiosa Escuela de Arquitectura de España, estudios que inicié en Sevilla y que pronto abandoné.
Y cuando ya en los años del sudor de la frente me dediqué a lo que más parte de mi vida he ofrecido, la comunicación comercial, mis constantes viajes a Cataluña, Barcelona, donde los grandes clientes de mi negocio y donde los más prestigiosos creativos de aquella manera de ganarme la vida, me llevaron a corroborar mi concepto de una Cataluña cosmopolita, abierta, culta y refinada. Y lo terminaba de rematar el mundo de la literatura y las artes en general, con aquellas generaciones inolvidables y excelsas de escritores, editores, pintores, arquitectos o músicos...

Pero llegaron los nacionalistas catetos y corruptos y lideraron hasta el hartazgo una sociedad civil que poco a poco se fue acatetando y mirándose el ombligo. ..
Para entonces, todo fue desdén y huidas... Un desdén y una huida que ayer dijeron basta.

Sí. Quiero ser optimista y creo que ayer el pueblo de Cataluña ha dicho basta ya de tanto regreso y de tanta mentira.

Sí, a partir de hoy volverá a renacer aquella Cataluña que desde hace muchos años sentí que era avanzada, solidaria, emprendedora y creativa. Y sobre todo, cosmopolita y abierta al mundo de todos.

Ojalá. Ojalá...

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