TE RECUERDO COMO ERAS...
Este domingo de otoño amanece tardío sobre un mar violentado por los vientos, que lo zarandean hasta espumas que se inician en los horizontes de esta esquina; una esquina como la de esta alma de un cuerpo recuperado de cansancios excesivos; y aunque excesivo sólo es el poco tiempo que tenemos para amar, también es excesivo este sentimiento cercano a lo insufrible, cual presagio de un futuro incierto y triste; como el de este mar que busca la calma en vientos para orillear como desea, y como recuerda que era en otros otoños del pasado; porque el mar, como la vida, tiene memoria...
Al pronto, los pinares bailan, silbando al viento, y me reconcilian con este mundo; para entonces, también te recuerdo como eras en el último otoño...
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