domingo, 3 de octubre de 2010

TE RECUERDO COMO ERAS...

Este domingo de otoño amanece tardío sobre un mar violentado por los vientos, que lo zarandean hasta espumas que se inician en los horizontes de esta esquina; una esquina como la de esta alma de un cuerpo recuperado de cansancios excesivos; y aunque excesivo sólo es el poco tiempo que tenemos para amar, también es excesivo este sentimiento cercano a lo insufrible, cual presagio de un futuro incierto y triste; como el de este mar que busca la calma en vientos para orillear como desea, y como recuerda que era en otros otoños del pasado; porque el mar, como la vida, tiene memoria...

Al pronto, los pinares bailan, silbando al viento, y me reconcilian con este mundo; para entonces, también te recuerdo como eras en el último otoño...



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