jueves, 28 de abril de 2016

¡QUÉ ESCÁNDALO, QUÉ ESCÁNDALO!!!!

Lo he contado muchas veces: cuando vine al mundo y lo vi, no me gustó…
No entendía por qué tanta miseria, tantas diferencias sociales y tanta tristeza…
Luego supe y supe más y más… Perdí la inocencia y tomé partido…
Y aquí sigo, sin entender muy bien por qué las cosas y los hombres…
Pero formo parte de todo esto y de sus miserias de manera inevitable. Nunca me puse estupendo; nunca me sentí ajeno al mundo; por eso quizás lo sufro en exceso para gente que me recrimina esta realidad…
Y acepto ir por la vida mas livianos, más ligeros de equipaje para sobrevivirnos… Pero lo que nunca aceptaré son lecciones de aquellos que habiendo sido parte importante de esta nuestra realidad se escandalicen de lo que nos ocurre; como si no fuese con ellos; como si nunca hubiesen sido protagonistas de nuestro presente o de nuestro pasado…
Y esta indecente impostura se repite a diario entre gente que estuvo, no sólo en aquella realidad, sino en su pomada, en sus ámbitos de poder y de decisiones…
Como si una sombra los hubiese olvidado en el olvido…
Sólo una palabra: ¡indecentes e interesados olvidadizos!
Y si hoy no son de fiar, ¿acaso lo fueron entonces?
Nada en la vida es gratuito; y si al final se acaba así, ¡¡¡cómo debió de ser el origen y el tránsito!!!
¡¡¡Estoy hasta los cielos celestiales de los habituales de la doble moral y del olvido!!!



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