jueves, 2 de abril de 2020

MAÑANA LO LLAMARÉ...

Hace mucho que no nos vemos; ni hablamos...
Mañana lo llamaré; es como un eremita sin ermita, un solo, un olvidado, abandonado y como ausente de mundo, con dolor, pero un dolor que lo zarandea y empuja...
Y siempre que llega la Navidad -o la Semana Santa que se avecina- se recluye, se oculta y se olvida de mundo... Este año tiene pretexto: confinado es como vive desde hace años.
Cuando llegaban estas fechas de meapilas y falsas beatas, se marchaba lejos; allí, donde nadie nunca le esperó ni nadie lo reclamó...
Como una luna que se avergüenza de no ser sol y se oculta por entre la arboleda en su pasado cuando los poetas la persiguen en la noche y la cantan...
P.D. Mañana lo llamaré: me temo que necesita hablar con alguien...

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