Ayer, en la primera tarde, me llamó Samuel; estaba escandalizado con lo sucedido en Oxfam y otras ONG's. Es socio de Cruz Roja, Unicef, y Ayuda en Acción. Tras comentar ambos la tristeza que nos produce, me dice:
-Javier, ¿acaso queda un ámbito donde refugiarse?
Intento animarlo; intento hacerle ver que es una minoría; que es verdad que hace mucho daño; no sólo en nosotros, en presente, sino a futuro... Pero nota enseguida mi derrota, y que estoy haciendo un esfuerzo por suavizar el asunto... Me conoce desde hace poco tiempo, pero me conoce bien; y sabe que no sé mentir, que nunca supe, y que a estas alturas ya no aprenderé...
Le comento que son organizaciones mantenidas, fundamentalmente por los poderes públicos, más allá de las cuotas simbólicas de sus socios. En España, en concreto, se financian con el 0,7% de nuestro IRPF que no queremos que vaya a la Iglesia, y que es dinero que deja de ingresar el Estado en concepto de IRPF, más allá de otro tipo de subvenciones públicas y privadas.. Por tanto, deberían ser más cuidadosos con aquellos fondos, y, sobre todo, más que el asunto financiero es el asunto moral: organizaciones que se supone cubren ausencias públicas ante desastres humanos y usan a los humanos más inocentes de los países donde se les necesita para abusar de los más desgraciados de aquellos inocentes...
-Es terriblemente desolador, me dice. Y me anuncia que dejará de pagar las cuotas a aquellas organizaciones. No puedo convencerle, entre otras cosas porque creo que hay demasiadas ONG´s en el mundo haciendo lo mismo; quizás sería interesante que los fondos que los países destinan a las ONG's se depositaran en la ONU y se distribuyeran a través de las ONG's de aquella ONU, como UNICEF, por ejemplo. Quizás sería una solución...
-No me parece mala idea, me dice... Y nos deseamos mutuamente el pasar una buena tarde y una descansada noche...
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