miércoles, 14 de febrero de 2018

CONFESIONES DE UN EREMITA, HETERODOXO Y ATEO (X)

Me llama Samuel para interesarse por mi salud, tras saber por Facebook que no me encontraba bien...
Y me habla de un nuevo escándalo que pronto será una realidad: el rescate de las autopistas privadas quebradas, como la R4 de Madrid a Ocaña...
Le digo que no queda otra, pues la infraestructura está ya construida y abandonarla sería pan para hoy y hambre para mañana. Claro que los culpables políticos de haber optado por aquella decisión de la concesión para su construcción, como los gestores privados de aquella infraestructura, sus actos deberían tener consecuencias penales. Y supongo que tras el rescate la pondrán de nuevo en el mercado para una nueva concesión, como hacen siempre; pero quizás debería quedársela el Estado; claro que el Estado está sin recursos y si no capitaliza el rescate el déficit público será mayor de lo previsto...
-En cualquier caso, es lo de siempre: una ciudadanía que no es responsable y me explico, le dije:
Es patético y amoral ver cómo los que abominan de lo que llaman 'intrusismo del Estado' en la actividad económica, los que reclaman menos impuestos y vociferan constantemente los excesos de la intromisión del sector público en la actividad económica, los mismos que proclaman la grandeza y eficiencia de la iniciativa privada frente a la burocracia y la ineficiencia del sector público en la actividad económica, esas mentiras que proclaman como verdad, cuando entran en crisis sectores económicos o empresas de aquellos sectores económicos a las que han arruinado o esquilmado sus recursos -sectores para los que negaban la presencia del sector público- son los primeros en reclamar ayudas del sector público toda vez entran en quiebra.
Y claro, el Estado, de inmediato, no tiene recursos, toda vez se le ha exigido o ha optado por bajar impuestos; y si tiene aquellos recursos los debe dedicar a otras necesidades más imperiosas y básicas... Y aparece, lógicamente, un nuevo déficit; un déficit que también criticarán por excesivo y que, de seguro acabará incrementando la deuda pública, a la que también acusarán de excesiva...
El perro del hortelano.
En suma, le digo: -¿No es todo demasiado fullero y obsceno?
-Acabáramos!!! Es lo de siempre: privado si es negocio con beneficios; ayudas públicas -o nacionalización- si es ruina con pérdidas, me dice Samuel...
-Exacto, asevero... Y para nota aquellos liberales que además de socializar pérdidas sólo saben robar dinero público -o desviarlo distraídamente para otros fines, le comento... Y es que claro, ¿cómo fiarles la gestión de lo público a gente que no cree en lo público? (Samuel me da la razón)
-¡Y pensar que siguen los discursos liberales sin caérseles la cara de vergüenza a más de uno!!!, me contesta Samuel... Discurso que ha calado en la izquierda, para mayor indecencia, me comenta también...
Y mientras nos despedíamos le hice esta pequeña reflexión:
-¿Por qué los ciudadanos no tenemos en cuenta estas mentiras a la hora de votar?...
-Esa pregunta nunca tiene respuesta, me contestó Samuel mientras me deseaba mejoría de mis males; y nos emplazamos a vernos de nuevo cuando me encuentre mejor...
-Ya sólo creo en la química, le dije al despedirme y mandarle un abrazo...


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios