sábado, 10 de febrero de 2018

CONFESIONES DE UN EREMITA, HETERODOXO Y ATEO (VIII)

Tomo el aperitivo en un local de uno de los centros comerciales que tengo en la urbanización (hay tres)...
El camarero, en la despedida me enseña la carta especial para el día de San Valentín, el próximo 14 de febrero...
-No celebro estas cosas, le dije desde la confianza y tras decirme que el menú está muy bien...
Llego a casa y veo que este San Valentín es también Miércoles de Ceniza... Y claro uno recuerda de los años de curas y religiosidad que este día era el primero de la Cuaresma, un día que para los católicos es día de ayuno y abstinencia...
Y claro uno recuerda también aquello de “el mundo, el demonio y la carne” y claro, en aquellos años de inocencia la carne, para nosotros, era un filete o una chuleta de cerdo o ternera, nunca lo que querían decirnos aquellas prohibiciones...!!!!
¿Será un San Valentín sin carne, o sin filete de ternera?
El domingo se lo comentaré a Samuel, el eremita, a ver qué piensa él...

P.S. Me llama Samuel, el eremita. Me propone quedar este fin de semana...
-Podríamos quedar para comer, me dice; donde propongas...
-Perfecto, le comento; pero tendrá que ser el domingo pues este sábado ya lo tengo cerrado con un compromiso familiar: me esperan El Cid y Don Pelayo...
Samuel enmudeció durante un largo rato, y creí que le había dado un soponcio... Cuando le expliqué de qué se trataba se tranquilizó y me dijo que por un momento pensó que yo me había vuelto tan loco como él...

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