SÍ, la asignatura pendiente de la socialdemocracia europea es saber demostrar que gestiona solidariamente y con eficacia las desigualdades sociales en los ciclos bajos de las economías o en coyunturas de crisis financieras y económicas profundas como la actual...
La gran aportación histórica de la socialdemocracia ha sido redistribuir la riqueza en busca de la igualdad de oportunidades de todos los ciudadanos, sean cuales sean sus orígenes y sus patrimonios, a través de políticas fiscales progresivas de ingresos suficientes para la eficacia del gasto social que sostiene los servicios públicos básicos universales (Educación, Sanidad, Servicios Sociales), así como la solvencia de la Seguridad Social (Pensiones y Prestaciones Sociales).
Para que aquel objetivo haya tenido éxito se ha necesitado, pues, crear riqueza que repartir; lo decía ayer: para repartir miseria siempre están al acecho el fascismo y el comunismo, ambos fracasados ya en el pasado siglo...
Por tanto, repito, el reto de la socialdemocracia es gestionar la desigualdad social en tiempos de crisis económicas o ciclos bajos de las economías, unos tiempos que crean mayores desigualdades sociales aún entre los ciudadanos y que, como efecto dominó, producen el rechazo ciudadano hacia aquella socialdemocracia, a la que acusan de traidora por sus políticas de ajustes, ajustes inevitables en toda coyuntura de ciclo bajo de la economía y que en un mundo tan globalizado como el de hoy requieren de consensos continentales sobre aquellas políticas de lucha contra las crisis.
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