viernes, 20 de enero de 2017

EL MAR, MI MAR...

Así de triste dejaba hoy el mar de enfrente...
Su infinita muchedumbre no soportaba la soledad que lo habitaba; como tampoco sabía sobrellevar las lágrimas heladas del cielo venteado y soliviantado en aires fríos que sorteaban las montañas cercanas...

En cualquier caso, ¡cuántas tardes, en Sevilla, durante aquellos largos años, soñé con este mar que me acoge!
Un mar, ya eterno, que al fin me acompaña...



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