martes, 13 de diciembre de 2016

PRENSA ESPAÑOLA

Desde hace ya tiempo se habla de la crisis del periodismo español; se ha dicho de todo y desde todos los ángulos...
Creo que el mal del periodismo español, y es solamente mi visión, es que desde hace ya también mucho tiempo aquel periodismo español no informa sino que toma partido por la opinión del editor que lo contrata, editor que exige espectáculo y banalidad antes que información fiel, independiente y leal con sus lectores.
Los periodistas tenían y deberían seguir teniendo una importantísima función: analizar la realidad, no opinar sobre ella; la opinión, en la prensa, estuvo siempre reservada a los columnistas; columnistas que lo primero que dejaban claro es su ideología; hoy no es así; hoy se escudan en la reivindicada libertad de expresión mediocres periodistas para sesgar la información conforme los intereses del editor de turno, opinando de lo que no saben (nadie puede saber de todo); pero eso sí, sosteniendo los argumentos de los intereses políticos y de poder de aquel patrón-editor, cueste lo que cueste: total, a fin de cuentas el editor sabe que el poder político oportunamente estará presto para el rescate de las deudas financieras del editor, bien directamente con favores publicitarios (del mismo modo que recorta aquellos gastos publicitarios cuando la cabecera de aquel editor se desvía de los intereses del gobierno de turno) y otras actuaciones obscenas, bien a través de empresas ad hoc...
Eso sí, los tertulianos seguirán opinando sobre el sexo de los ángeles, aun sin saber que los ángeles no tienen sexo (al menos los que yo conozco a través de Rafael Pérez Estrada)... Total: la banalidad y el espectáculo es lo que les pide el que los paga...
Y a muchos de ellos, por lo visto tras perder hasta la dignidad y la profesionalidad, debe ser bastante bien...


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