lunes, 12 de diciembre de 2016

BALANCE

He dedicado casi toda mi vida profesional al mundo de la comunicación, en su mayor parte, comercial y de marketing; más allá de todo, reconozco que lo más hermoso tras tantos años en aquellos territorios mágicos de crear ideas y negocios (negación de ocio) fue conocer a grandes creadores (el marketing siempre tiene mucho de literatura y arte); y, cómo no, a muchas buenas personas que eran dichosas haciendo lo que les gustaba...
También supe -y también, cómo no- de traiciones, de deslealtades y de malas personas...
Pero como la memoria y la vida siempre es selectiva en sus construcciones del pasado, lo mejor de aquellos años fue tanto que consiguió siempre tapar lo peor de tantos malos ratos...
Los economistas siempre estamos haciendo balances; que si costes y beneficios, que si balanzas comerciales, que si gastos e ingresos... Y los Libra, como yo, siempre buscando ese equilibrio inexistente, esa balanza emocional y utópica, con ayuda de la ternura y de la solidaridad en la búsqueda de la belleza hasta donde no pueda existir jamás...
Una confesión, pues, me obliga: en aquellos balances y equilibrios, en aquellas inevitables búsquedas, siempre se me inclinó la balanza hacia una incierta y adolescente sonrisa: o quizás, hacia un pudoroso bienestar como punto final de un camino que el azar quiso que transitara sin solución de continuidad.



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