viernes, 2 de diciembre de 2016

CRISIS DEL PSOE

La decisión de abstenerse para que en España hubiese al fin Gobierno ha sido acertada y se están viendo los frutos tras los obligados pactos que de manera inevitable tiene que alcanzar el Gobierno para poder gobernar.
Pero es que, además, no había otra salida. Veamos las dos otras posibles:
1. Gobernar con Podemos y los separatistas hundiría a medio plazo al PSOE, lo expulsaría de la legalidad y dejaría al PP como único partido constitucionalista.
El PSOE es el gran partido progresista de las clases medias, constitucionalista y garantista de las libertades y la solidaridad a través del pacto social; no es asambleario, ni antisistema, sino representativo y federal, ni actúa al margen de la Constitución.
2. Terceras elecciones hubiese supuesto mayoría absoluta del PP y el más que posible sorpasso y futura fagocitación por Podemos, como ya hizo con IU...
Por otro lado, muchos militantes del PSOE, en el fondo -y en las formas- se están comportando como si fuesen militantes de Podemos, al menos se están manifestando con el mismo discurso. Y hay mucho exPCE que desde los 90 están en el PSOE y hoy son complacientes con el discurso de Podemos; y es que nunca olvidamos del todo lo que fuimos en otro tiempo...
Por último, muchos militantes, con muchos años de militancia y de poder interno y/o institucional a sus espaldas, y que hoy ya no ostentan poder alguno, han aprovechado la crisis para sacar su frustración histórica y sus revanchas antiguas en agrupaciones que conviven aún con batallas larvadas desde tiempo atrás, con revanchas latentes esperando su oportunidad, en ese pasado que todos somos y llevamos dentro...
La militancia, pues, está achicharrada, por propios y extraños; extraños en sus formas y modos (medios de comunicación, todos enemigos del PSOE, y novísimos infiltrados que se cambian de chaqueta como aquel Capitán Renault de la película Casablanca), y que sólo pretenden un fin: el hundimiento total del PSOE por muchos años...
Y claro, reclamar un ¡¡¡Congreso ya!!! con estos mimbres y esta realidad, sinceramente, creo que es un locura, salvo que se pretenda reproducir en el Congreso el espectáculo del Comité Federal aquel ya histórico y que fue de vergüenza ajena...
¿Qué prisas hay? ¿Qué pretenden con las prisas?
¿Acaso es posible cerrar acuerdos con un partido roto y que, por lo visto, muchos no quieren pasar página para renacer de nuevo y ser lo que siempre fue, el gran partido de los progresistas españoles?

Lo dije hace tiempo: el enemigo del PSOE estaba dentro: gran parte de sus militantes con sus rencillas internas. Esos que nunca pensaron en los españoles sino en sus intereses y objetivos personales.


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