sábado, 14 de noviembre de 2015

LA MARSELLESA

Una última reflexión en esta terrible noche para los europeos y para los que defendemos la democracia y la libertad frente a la sinrazón de los fanatismos:
Mi reconocimiento al pueblo francés y a sus representantes. Todos unidos frente al terror de la barbarie y recibiendo la solidaridad del resto de los ciudadanos de bien del resto del mundo.
En cambio, hace 11 años y algunos meses, en España, hubo un Gobierno que nos mintió, que nos enfrentó a los españoles en aquellos días terribles, con más número de muertos que Francia, con la sola pretensión de ganar unas elecciones que perdieron...
Hoy fue una noche terrible en Francia, en París; como la de aquel día en España, en Madrid. Pero una vez más la diferencia entre una sociedad cohesionada y orgullosa de sus instituciones democráticas y una sociedad, como la espñaola, fullera y que siempre está haciendo trampas desde el poder.
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Hoy no tengo más que melancolía y una especie de vergüenza ajena y de desesperanza para con mis semejantes los humanos...
Y hay una música necesaria; no soy nacionalista, y por eso me gusta la Marsellesa: para mí no es el himno sólo de Francia; para mí siempre ha sido el himno de la libertad y el himno del mundo que persigo: sin fronteras, sin religiones ni fanatismos, con democracia y libertad como método y con igualdad de oportunidades como objetivo de solidaridad.




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