jueves, 5 de noviembre de 2015

INTOXICACIÓN MEDIÁTICA ANTI PSOE

Una de las cosas que más me están sorprendiendo de éstos últimos años de la vida pública española, es la falta de escrúpulos y de pudor de muchos analistas, otrora grandes colaboradores del y para con el poder de entonces, y hoy escandalizados de cómo se manejan ciertos resortes o hilos del poder. Y claro, una de dos: o no se enteraron de qué iba la cosa que tenían entre manos, o han sido presa de tanta soberbia, tras su declive personal o profesional, que han olvidado hasta su reciente pasado; lo cual los inhabilita casi de por vida para el análisis serio y honesto intelectualmente.

Y en esas estamos: ver, oír, leer a diario lamentos y proclamas de denuncias sobre las sombras de este o aquel, habiendo formado parte del colectivo de aquel o de este cuando había poder y apenas ninguna sombra, pues eso, que no es de recibo, digamos, en términos de coherencia personal; más allá de nada creíble para el resto del personal que no es presa del olvido y sí del asombro ante tanto ridículo y falta de decencia personal.

Este proceso lo han vivido también, y en paralelo, los medios de comunicación, que, presa de sus deudas y malos resultados económicos, han tenido que ofrecer cabezas y cabeceras (líneas editoriales) a cambio de favorecer salidas financieras a aquellas deudas que los ahogaban, tanto en su presente, como en su inmediato futuro: Ha sido bochornoso el proceso de mutación de líneas editoriales de los medios escritos líderes, como contraprestación de aquellas componendas financieras, mutación que llega hasta el escándalo de donde dije digo ya no digo más lo que dije…

Y así, hasta pocos días antes del próximo 20 de diciembre, asistiremos a malintencionadas encuestas electorales sobre intención de voto de los españoles, y a sesgados e interesados análisis de periodistas en activo y/o en pasivo, que haberlos haylos… Y como prácticamente todo el mapa mediático nacional es anti PSOE a cambio de sanear sus finanzas, más allá de cambios legislativos para manipular el grupo público de RTVE a sus antojos, y vistos los excesos (sólo como expectativas) del ‘monstruo’ creado a través de medios aparentemente progresistas pero formando parte de grupos de empresas de vocación y de ideología de derechas, monstruo que ya ha tocado techo, pues ahora toca cambiar de estrategia: ya no hay que apoyar a Podemos, apoyemos a Ciudadanos, toda vez aquella estrategia ya no arranca más votos al PSOE. Ahora hay que arrancarle al PSOE los votos por el centro; apostemos, pues, por Ciudadanos, un mero fenómeno catalán que no dispone de espacio electoral en el resto de España: entre el PP democristiano (mayoritario) y el PSOE no hay espacio político alguno, como no lo hay en ningún país desarrollado de Europa (salvo en el mundo anglosajón, que no es el caso); del mismo modo que a la izquierda del PSOE, y como también sucede en los países más avanzados de Europa y del mundo, sólo hay marginalidad (en el margen), nunca alternativas de poder: los partidos comunistas y sus distintas marcas han fracasado en la Vieja Europa, y sólo representan marginalidad, en el margen; el porcentaje de esa marginalidad será mayor o menor dependiendo de que la coyuntura económica y social tenga mayor o menor tasa de desigualdad social; pero en cualquier caso, un margen de no más del 10-12% en épocas de crisis como la actual.

En suma, y en mi opinión, el PSOE es el enemigo a batir porque saben que es la única alternativa real y posible al PP de Rajoy. Un PP, este de Rajoy, que necesita pasar a la oposición para que se regenere y renazca como el gran partido de la derecha española; sí, pero derecha democrática, dialogante, de consensos y de acuerdos, no la derecha franquista y de confrontación que es hoy el PP de Rajoy. Una confrontación que tiene que pasar a la historia.

Sí, el PSOE tiene muchas posibilidades de ganar las elecciones, pero por muy escaso margen, lo que obligará a un gobierno de acuerdos; quizás de coalición con Ciudadanos, o al modo andaluz, de acuerdos de investidura y presupuestarios; pero, al cabo, se iniciará una legislatura que tiene que construir una nueva transición política hacia un nuevo modelo de estado (un Estado Federal Español, que recupere la cohesión social en todos los territorios de España), de país (reformas institucionales de todo tipo, al igual que reformas constitucionales) y de continente (una nueva Europa Política).

Por tanto, y como condición previa, para esta nueva transición política se va a requerir de mucho diálogo entre todos; de lo contrario, no podrá haber reformas toda vez la ley exige mayorías cualificadas para muchas de aquellas necesarias reformas. Un diálogo que pasa inevitablemente por la salida del PP de Rajoy del Gobierno de España. Sólo así se podrá regenerar y renovar el Partido Popular, un partido necesario para la articulación política, social y económica de España, con nuevos dirigentes, jóvenes y honestos, que representen a la nueva derecha democrática española del siglo XXI.

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