jueves, 12 de diciembre de 2013

VOCIFERAR MI ESPANTO...

He recibido críticas, a través de las redes sociales, por generalizar en mis consideraciones sobre los asuntos que trato en mi blog... Como el reciente que hice sobre lo que sostengo: que todos tenemos un precio que pagar o cobrar (la misma visión del precio, sólo que nos parece más cruda y cruel aún siendo igual de inaceptable).
En cualquier caso, generalizo porque no quiero ser moralista al uso, que se salva siempre de la quema: yo también soy parte de ese problema, de esa moral en cierta forma amoral, del río que nos lleva... El que esté libre que tire la primera piedra, como ya se decía por aquellos entonces de otros milenios...
Insisto: mientras la propiedad privada sea el derecho más protegido en la tierra -y en todos los países-, por encima incluso del derecho a la vida (la vida no vale nada en la mayor parte de la tierra), mientras esa realidad sea la que es, todos seremos víctimas y verdugos de aquella triste realidad de que todos pagamos (tenemos) un precio... Le llamo precio a lo que hay que pagar para sobrevivir y sobrevivirnos; no a lo que se obtiene por ganancia, que es el precio que muchos otros, los avaros, visualizan siempre...
Y, sí, claro que hay ejemplos en la historia que han intentado ser muy coherentes y vivir fuera de esta órbita, de este río que nos lleva... Pero de seguro que en pequeñas cosas fueron débiles...
Oscar Wilde decía que detrás de toda obra exquisita había siempre una gran miseria...
Es la moral de la modernidad... Ande yo caliente... Ese es el precio... El panzismo. El aborregamiento...En fin, sólo era vociferar mi espanto ante tanta podredumbre que nos asola a diario...

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