REFLEXIONES, MISCELÁNEAS...

Todo poder es, por naturaleza, conservador. Y gran parte de su tiempo y su quehacer lo dedica a conservar aquel poder, a perpetuarlo en el tiempo, y a horadar todo lo que pueda hacerle sombra y que pueda poner en peligro el poder que ostenta. 

Esta constatación de un hecho que es común a todo poder establecido, sea legítimo o no en términos sociales y/o democráticos, se vuelve insoportable cuando las armas para conseguir aquel objetivo, el de conservar el poder obtenido, son armas indecentes, amorales, y con la única guía moral del todo vale y el fin justifica los medios...
Y esas armas, por desgracia, hace ya mucho tiempo que están muy presentes en la vida pública española.
Así nos va; así nos quieren ir...

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El Presidente de Extremadura dice en Cataluña que los catalanes no deberían meterse con Extremadura por lo que recibe, sino meterse con Andalucía que gasta más de lo que recibe...
Espero que IU, que gobierna en Andalucía junto con el PSOE, salga pronto de la contradicción de apoyar también a este díscolo PPro que insulta a sus correligionarios andaluces...

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Lo que no se puede admitir es el desahogo, la chulería, el desdén, el desprecio, la desfachatez con la que nos mienten estos golfos amorales e indignos que nos llevan al precipicio de la nada...

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Siempre que veo a alguien entrando en una sede judicial me descompongo: es un fracaso colectivo.
Pero cuando, ya condenado, sale del recinto judicial sonriendo, acompañado de su abogado, que dice que están tranquilos y que recurrirán la sentencia... Para entonces, la descomposición se me transforma en derrota ante la falta de pudor y de dignidad humana...

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Encamado; lloroso de ojos abotargados...
Y delirando en la fiebre:
Siempre buscando las razones de la nada...

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Nunca fui liberal, en el sentido literal y primero del término; tampoco lo fui -ni lo soy- del actual neoliberalismo. Sí defenderé, siempre, la libertad, tanto individual como colectiva... Y "en la bandera de la libertad, como hizo y escribió Lorca, bordé el amor más grande de mi vida".
Pero la libertad sin regulación, sin unas normas de respeto, de solidaridad y de convivencia, sin un Contrato Social renovado y revisado constante y democráticamente, nunca será la libertad de todos. La libertad, sin normas, sin reglas, siempre será la libertad de los más poderosos y fuertes, frente a la esclavitud de los más débiles y desprotegidos.