lunes, 25 de febrero de 2013

FIN DE SEMANA ULTIMO DE FEBRERO

SABADO 23
Dentro de cuatro días, a estas horas, estaré ya en Galicia...
Será una nueva peregrinación a las tierras de Rosalía, de Cunqueiro, de Valle-Inclán, de Torrente Ballester, de Celso Emilio Ferreiro y de Castelao...
Serán unos días de nuevos amaneceres de gloria...
Y leo a poetas de la emigración y del exilio, aquellos que llevaron Galicia en el corazón; una Galicia que quisieron progresista y no caciquil como lo era entonces; un caciquismo del que aún quedan restos y muestras, con nombre y apellidos y con maneras ancestrales...
Y como ellos, ya tengo morriña...

¡MORRIÑA!

Recordo tanto a nobre
bella Galicia;
sinto pol-os meus lares
tanta morriña;
qu'eu ben quixera
pasar os anos todos
n'as suas veredas...

RAMÓN ARMADA TEIJEIRO
(1858-1920)
Antoloxía dos poetas galegos en Cuba. Xose Lois García. Toxosoutos. Noia. A Coruña 2008

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Al igual que solicito mandatos limitados para los políticos, con el fin de evitar que se profesionalice lo que solo debe ser un servicio personal (para profesionales, están los funcionarios, que deben reciclarse siempre, como es menester), también solicito limitación de mandato para los que se definen como periodistas y que muchos de ellos (demasiados ya) sólo son voceros manipuladores de aquellos que no quieren irse nunca de la política, en ese círculo vicioso de la mentira impune...
No digo que dejen de ser periodistas; digo que dejen de ser voceros de aquellos que defienden hasta inventarse la realidad que les conviene a ambos; a los políticos para seguir ejerciendo la política; a sus voceros, para seguir siendo imprescindibles para aquellos...
¡Qué hartura más grande!!!!

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DOMINGO 24
Mi generación vino al mundo en un país donde habitaba la mentira... Y, como es normal en un país mentiroso, nos engañaron hasta para contarnos la historia... Y tuvimos que buscar nuestra parte de la verdad (esa verdad que no existe sino a trozos, la de cada cual, aunque, al menos, hay un mínimo de cierta verdad en el consenso científico y/o social), más allá de la voluntad de muchos; bien a través de libros prohibidos; bien a través del azar, aquel que nos vino en suerte a algunos de conocer y tratar a gente brillante y cercana que te habría los ojos, aquellos ojos con los que ellos ya habían mirado antes (y también, como no, en libros prohibidos)...
Y murió el dictador y muchos quisimos que la transición acabase con aquellas mentiras, las de los poderosos que nos habían tratado siempre como súbditos, no como ciudadanos. Y cuando ya habíamos alcanzado cierto nivel en esas conquistas, aparecen de nuevo las formas de siempre para regresarnos a lo otro. Y como ya hicieron antes, vuelven a las mentiras...
Como dicen algunos psicólogos, el hábito se mentir se puede transformar en un trastorno de la personalidad (esa de la que se abomina por falta de rigor y profesionalidad). Ese afán por impresionar está basado en la imperiosa necesidad de resultar valiosos y geniales por medios tramposos ante tanta mediocridad palpable. El mentiroso fantasioso coge el atajo de robar atención y aprecio por la vía del engaño fácil, a sabiendas de que la mejor mentira es la que todos quieren oír...
Y en esas estamos...
A estas hemos regresado...

Mi generación vino al mundo con mentiras y pareciera que allí lo quieren regresar; donde no hay luz, sino tinieblas y oscuros laberintos sin salidas...

Todo fue un terrible engaño... Y un enorme -y consiguiente- desengaño, paralizante y triste como un abandono...


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Como ya dije, en pocos días alcanzaré nuevamente mi tierra prometida, la Galicia que profeso y peregrino sin solución... Y pronto, como siempre hago, visitaré Padrón, su casa y la Rosa (como la llamaba Cela), la estación de tren enfrente de su casa... Una casa que hicieron Museo, que en vez de tributar su memoria, pareciera que sólo es un lugar de culto donde apenas cuatro cosas y cinco objetos, algunos fuera de tiempo y lugar; ya se sabe, eso d elos poderes públicos de querer y no poder y al final un acto fallido... Pero sólo ver su jardín repleto de camelias y sus bojes al modo paseo... Ay!, sólo necesitamos ya asomarnos al Sar, el río de Padrón, el río de Rosalía, y leer algunos de sus poemas para elevarnos por encima de tanto espanto...

Pero quizás pocos sepan que detrás de esta imponente mujer, de esta enorme sensibilidad, hubo muchas derrotas... Os dejo parte de su vida, eso que sólo una vez tenemos en el mundo...

Rosalía de Castro nació, tal día como hoy de 1837, en Santiago de Compostela. Fue bautizada con los nombres de María Rosalía Rita. hija de padres desconocidos. Muy poco se sabe de su educación. Se sabe que en la escuela mostró talento de versificadora. También le gustaba el dibujo, la música y la declamación.

Rosalía de Castro contrajo matrimonio con Manuel Martínez Murguía, erudito cronista de Galicia. Al año siguiente Rosalía da luz a su primera hija, Alejandra, a la que han de seguir seis hijos más. Su domicilio cambió varias veces, entre Madrid y Simancas. Rosalía nunca disfrutó de buena salud. Luchó siempre contra enfermedades, y a menudo con la penuria, vivió dedicada a su hogar, a sus hijos y a su marido, nunca aspiró a la fama. Su marido fue quien la convenció para que publicara sus obras. Murió de cáncer a los cuarenta y ocho años en su casa de Padrón, la cual hoy es un museo. Todos sus hijos murieron antes que ella, sin poder dejar herederos.

Está claro, que no todo son camelias en el jardín...

¡Otra vez!, tras la lucha que rinde
y la incertidumbre amarga
del viajero que errante no sabe
dónde dormirá mañana,
en sus lares primitivos
halla un breve descanso mi alma.

Algo tiene este blando reposo
de sombrío y de halagüeño,
cual lo tiene, en la noche callada,
de un ser amado el recuerdo,
que de negras traiciones y dichas
inmensas, nos habla a un tiempo.

Ya no lloro..., y no obstante, agobiado
y afligido mi espíritu, apenas
de su cárcel estrecha y sombría
osa dejar las tinieblas
para bañarse en las ondas
de luz que el espacio llenan.

Cual si en suelo extranjero me hallase,
tímida y hosca, contemplo
desde lejos los bosques y alturas
y los floridos senderos
donde en cada rincón me aguardaba
la esperanza sonriendo.

Rosalía de Castro (En las orillas del Sar)



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Rosalía de Castro.
Nace el 24 de febrero de 1837, en Santiago de Compostela
Muere el 15 de julio de 1885, en Padrón, adonde siempre voy a verla...

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"A medida que uno envejece, se convierte en una persona diferente. A lo sumo hereda, por algún extraño arte de magia, los recuerdos de un joven"
GERALD BRENAN


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