viernes, 18 de septiembre de 2009

ACOPIO DE HERMOSURA...

Tras una mañana productiva (he cerrado asuntos personales pendientes, esos que más nos afectan por lo que tienen de primarios) regresé de Sevilla por Etiopía (adentrarme por carreteras secundarias me apasiona). Y así, tras alcanzar Utrera (es autovía ya desde Sevilla), al llegar a Algodonales, un bellísimo pueblo de la Sierra Gaditana, me desvié hacia Olvera, otro monumental pueblo que se desparrama por las laderas de una soberbia montaña que preside los cielos gaditanos y los campos gaditanos, desde los montes de Grazalema a la campiña de Jerez... Hasta allí llegan los aires de la bahía; hasta allí sus aromas; y hasta allí llegan también los rubios colores del fino jerezano. Bellísimos campos que nos llevan a Almargen, Teba y Ardales, para adentrarnos así en la provincia de Málaga por el Valle del Guadalteba (donde El Chorro) y el Valle del Guadalhorce. Y el día era tan claro que imponía su belleza...
Cuando eran las 16,00 horas, cansado pero contento, alcanzaba al fin Marbella. Y en unos minutos más abría la puerta de este apartamento de Calahonda, enfrente de Cabopino, donde este lobo estepario necesita refugiarse siempre; sobre todo tras tanto e intenso acopio de hermosura...

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