Ha muerto Rafael Azcona. Ha muerto cierta decencia, cierta humildad y cierta inteligencia: sólo los que tienen sentimientos solidarios y enormes proporciones de sentido del humor (es decir, saber reírse de uno mismo) tienen capacidad de ser inteligentes. Y con Rafael Azcona ha muerto toda una cultura del sentido del humor...
Y ha muerto también toda una generación que nos enseñó que la felicidad sólo era alcanzable si se trabajaba aquel necesario sentido del humor: Berlanga, Vicent, y toda la cultura mediterránea del sentir y del estar que ha marcado a nuestra generación.
Descanse en paz un hombre que se rió de si mismo como nadie.Y nosotros quedaremos más huérfanos aún...
