lunes, 10 de marzo de 2008

ELECCIONES GENERALES

Cuando era más joven, quiero decir, mucho más joven, en aquellos primeros años de Universidad, mi generación soñaba con que en España se implantara definitivamente un régimen democrático, necesidad que tantas veces frustró la carpetobetónica, intransigente y berlanguiana idiosincrasia española.
Aquel sueño no fue posible llevarlo a cabo hasta que murió Franco, un ejemplo más del desdén de la reaccionaria mayoría silenciosa de entonces para con la política, al ser sociológicamente la gran sufridora de las consecuencias y atrocidades de la espantosa guerra incivil y su posterior insufrible posguerra (mucha de aquella mayoría silenciosa de entonces forma la base sociológica del PP; por eso tiene un suelo tan enorme en un país sociológicamente progresista). Y desde entonces, desde que al fin alcanzamos la deseada democracia, cada vez que los españoles son llamados a votar me invade una cierta melancolía (fervor caído); porque es verdad que soñábamos una democracia más representaiva, más resolutiva, menos crispadora, más solidaria, más igualitaria... Pero también me invade una enorme esperanza; porque es verdad que nuncanojamas terminaremos de valorar lo conseguido; porque hubo hombres y mujreres que dieron hasta su vida por la libertad, por la democracia, por poder votar... Y aunque sigo siendo crítico, muy crítico con lo conseguido (soy insaciable para con la profundización de la democracia, al considerarlo fundamental para una mayor igualdad social; mantengo que ser de izquierda en el mundo de hoy es profundizar más y más la democracia, para hacer irreversibles las conquistas sociales), no dejo de reconocer que lo conseguido es mucho y que siempre siempre lo mejor está por llegar...
Y para colmo, los de ETA vuelven a provocarnos: son tan viles, son tan primarios, que con el inútil asesinato de un hombre sencillo se creen que han conseguido un gran objetivo; cuando lo que han conseguido es un mayor desprecio hacia sus crímenes cobardes y una movilización generalizada de repulsa a su siniestro ser y estar en el mundo.
¡A votar todos!
¡Viva la libertad!
¡Viva la democracia!