Muchas veces pensamos -o sentimos- que se nos va la vida en asuntos prosaicos, en cuestiones de escasa importancia o de nulo interés, más allá de nuestra limitadísima capacidad de gozar de lo esencial, de lo verdaderamente importante y de lo humanamente atrayente... Y entonces reflexionas, y te distancias lo suficiente del asunto concreto que nos trae a mal-llevar, y concluyes que no merece la pena tanto desasosiego para con tan desmerecedor asunto...
Y es que, como decía Saint Exupery, "LO ESENCIAL ES INVISIBLE ANTE LOS OJOS".
