jueves, 29 de marzo de 2007

27 DE MARZO DE 2007

Esta tarde anduve por Fuengirola, y en el chiringuito La Caracola del paseo marítimo tomé café y aguas de Lanjarón con gas carbónico. Estaba solo, en la terraza, frente al mar Mediterráneo… Y abriendo el Breviario del caos, de Albert Caraco, leí los siguientes párrafos:

…"Nadie nos ha dicho la verdad, la verdad ya no tiene defensores sobre la Tierra, es demasiado difícil de concebir, y aquellos que penetran en ella serán cada vez menos numerosos. El siglo (XX) ha visto la muerte de las ideas claras y precisas, no nos entendemos en cuanto a nada, salvo en cuanto a los sobreentendidos, las conveniencias y los intereses, en todo lo demás los equívocos tienen el campo libre…
… Una vez que la gente se convenza de que sus hijos serán más infelices que quienes los engendraron, y sus nietos aún más infelices, una vez que se convenza de que no hay más remedio en el universo, de que la ciencia no hará milagros y de que el Cielo está vacío como su bolsa, de que todos los religiosos son unos impostores y de que todos los gobernantes son estúpidos, de que todas las religiones están superadas y de que todas las políticas son impotentes, se abandonarán a la desesperanza y vegetarán en la incredulidad, pero morirán estériles…
… Si existe un Dios, el caos y la muerte figurarán entre sus atributos, si no lo hay no cambia nada, ya que el caos y la muerte se bastan hasta el fin de los tiempos…
… La Tierra se ha convertido en el altar de los holocaustos y la humanidad, presa de vértigo, sube a inmolarse, despreciando a los raros que denuncian la impostura…
… Los jóvenes ya no pueden salvar al mundo, el mundo no puede ya ser salvado, la idea de la salvación no es más que una idea falsa, y debemos pagar nuestros innumerables errores, es demasiado tarde para reparar lo que sea, la hora de las reparaciones expira y aquélla de las reformas cesa. Los más felices morirán combatiendo y los más miserables amontonados al fondo de cuevas o acoplándose en hogueras, a fin de engañar a la agonía ayudados por el orgasmo. El mundo no será más que un alarido de dolor y de éxtasis, donde los hombres más puros no tendrán más que el recurso de matarse los unos a los otros para no despreciarse a sí mismos…"
Quedé atónito, mirando al mar, nuestro mar Mediterráneo; solo, en la terraza…

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