Hoy hemos conocido la noticia de la manipulación administrativa, por parte del Presidente del Tribunal Supremo, para alterar la composición de la sala especial que ilegalizó a Batasuna, y decantarla del lado conservador de aquella. De ser cierta la noticia, y lo parece, habría que preguntarse hasta qué nivel de desvergüenza y perversidad estaría llegando el sistema político español nacido de la Constitución del 78. El clima de todo vale, propugnado por la derechota para conquistar el poder, no es nuevo. Lo practicó Aznar, con Álvarez Cascos a la cabeza del vociferío. Y ciertamente, les dio resultado. Con más razón, y tras enrocarse en la mentira del 11-M, han tenido que optar por la misma estrategia; la diferencia es que la corrupción de entonces parece enterrada, y, por tanto, mucho nos tememos que esta vez se le vuelva en contra a los Ppros. Pero el daño será irreparable: el socavón social se está agrandando, salpicando como vemos, a la Justicia. Y si la Justicia no funciona o manipula, como es el caso, apaga y vamos. Y nos preguntamos entonces: ¿dónde está el Rey? ¿Para qué su figura sino para en momentos como los actuales reunir a los líderes políticos y pedirles cordura y responsabilidad? Cada día soy más republicano: el Presidente de la República, de existir, incluso sin poderes, como la actual monarquía española, ya habría llamado a capítulo a los líderes para exigirles altura de miras y serenidad. Insisto, ¿dónde está el Rey?
Hace tiempo que dije que lo mejor que haría ZP sería anticipar las elecciones: la legislatura está agotada y todo lo que sea alargarla será desgaste para ZP, toda vez que los Ppros no le dejarán respirar hasta el fin. Ellos ya saben que están perdidos (Acebes, Zaplana, Rajoy…, y Aznar); pero se trata de llevarse también por delante a ZP… No han asimilado que un mediocre les ganara.
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