Amanezco tardío. Rogelio padece de insomnio muchas noches y vino anoche a mi cuarto, se sentó en el sillón del dormitorio y me despertó con su malestar y sus miserias…
—Señor, perdóneme, pero no podía más con este insomnio que llevo encima desde hace tiempo… Un médico de Brasil, amigo de mi sobrino, me dijo que lo mejor para combatir el insomnio es levantarse de la cama y conversar con alguien…
—Hombre, podría haber otros remedios que no hicieran daño a terceros, no???…
—Lleva toda la razón, señor… Pero estoy amargado con este asunto: supongo que sabe lo mal que se pasa…
—Claro que lo sé, pero podrías mirarte al espejo en tu dormitorio y hablar contigo mismo, en vez de molestar a los demás…
—Señor, me temo que usted está desvariando… No estoy tan loco como para eso!!!…
—Te aseguro Rogelio que funciona. Al menos le funciona a un amigo de Sevilla que padece de insomnio también… Por cierto, hoy, antes del aperitivo pasé por un punto de recogida de Amazon al lado de casa para recoger un paquete y al intentar meterlo en una bolsa que llevaba se me resistía… Como el chico de la tienda me notó que me empezaba a poner nervioso (ya sabes que es herencia genética lo de mis nervios) me ayudó hasta conseguirlo… Tras darle las gracias le dije que cuando me ponía así de nervioso, en casa, y estaba solo, me iba al espejo y me decía a mí mismo: —“eres tonto, muy tonto, al ponerte nervioso por esa tontería!!!”… Me lo digo varias veces y funciona!!!…
—Señor, creo que ya es bastante… Me voy a la cama: con lo que me ha contado yo creo que dormiré, a pesar de que me deja bastante preocupado… Buenas noches, y gracias…
—Buenas noches, Rogelio… Ya me contarás mañana…
Y así conseguí que me dejara tranquilo…
Qué lata la de este impostor!!!…
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