EL LIBRO DEL SOSIEGO (Rogelio Garret me pide que cuente su vida)

-Señor, ya que usted ha hablado de mi existencia a sus amigos, incluso ya ha contado muchas de nuestras historias y conversaciones, sería conveniente que usted aclarase con ellos mi verdadera identidad... Lo digo para no dar lugar a malas o erráticas interpretaciones...

-Ah!, bueno, no te preocupes; lo haré si crees que es necesario...

-Por cierto, le prepararé un cóctel y unos frutos secos para el aperitivo si decide no salir a tomarlo hoy... Ya veo que tiene tarea para explicar mi verdadera identidad...Me retiro a mis aposentos y si me necesita, ya sabe...

-Rogelio, perdona… Si te parece transcribo lo que leí una noche y que guardabas en tu mesilla de noche, ese texto que va o iba a ser la historia de tu vida y cómo nos conocimos; mi amigos te van a conocer mejor y me facilita explicar este embrollo; vamos, que me hará más fácil explicarlo y, sobre todo, que mis amigos lo entiendan…

-Me parece bien, señor… Pero me sorprende que haya hurgado en mis intimidades… Haga uso de lo que considere, al fin y al cabo es mi señor… Que tenga buen día…

-Perdóname, Rogelio… Creí que ya te lo había contado: sólo buscaba en tu mesilla de noche una de las pastillas que tomas para dormir, y me encontré con tu bloc de notas…

-Lleva razón, lo había olvidado… Bueno, señor, olvídelo; no tiene importancia… Que pase buen día…

-Igualmente, Rogelio… 

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UNA HISTORIA…

Era el año 2004, su primavera. En la familia había de nuevo problemas de salud en uno de mis sobrinos; ZP había ganado las elecciones tras las mentiras del PP y el 11-M terrible, atentado que Aznar quiso endosar a ETA para salir airoso y se le volvió en contra cual boomerang... 

En este contexto, en aquella primavera sevillana tengo un sueño y al amanecer se convierte casi en realidad. Me encuentro un proyecto de libro: folios A4 encuadernado con gusanillo…

Y al abrir la primera página leí:

LIBRO DEL SOSIEGO (de Rogelio Garret)

"Nuestro protagonista -en lo sucesivo, mi Señor- no se casó jamás. Tuvo muchos amores en su juventud, y las más de las veces con mujeres hermosas. Siempre fue un monógamo variable, salvo en sus últimos años. El Sr. es economista humanista, que no contable, aclaratoria que le gusta reiterar y aplaudo…

Por otra parte, su mayordomo, Rogelio Garret, es decir, yo, nací en Portugal, en Lisboa, y estudié en Inglaterra, adonde fui enviado por mi padre, español de origen cubano (era de Sevilla, ciudad en la que nace con la llegada a España de toda su familia de Cuba tras la independencia de la isla, isla a la que fueron en busca de futuro). Mi padre conoce a una portuguesa de Évora en Sevilla de la que se enamora perdidamente. Una vez casados, mis padres deciden instalarse en Lisboa, donde mi madre tenía familia, ciudad que mi padre conocía perfectamente por sus constantes viajes comerciales entre el puerto de Sevilla y el de Lisboa: era marino mercante. Al cabo, como he dicho, vengo al mundo en Lisboa...

Pronto, muy pronto, mi padre consigue obtener la confianza de uno de los navieros más importantes del puerto de Lisboa, figura fundamental en mi formación… Me gradué en Filología Inglesa por la Universidad de Oxford, estudios que fueron financiados por el Sr. Rodrigues, patrón de la naviera de Lisboa donde recaló mi padre. Y al terminar mis estudios y tras conocer por un anuncio de la prensa que en una casa de la alta aristocracia londinense del barrio de Kensington había quedado vacante la plaza de Secretario del Mayordomo, decidí presentarme en la casa para optar al puesto… Durante los años como estudiante, y para mejorar mis ingresos, trabajé como pinche de cocina los fines de semana en una casa de aquel barrio de Londres que desde el viernes al domingo por la tarde se llenaba de gente de la familia, amigos y el ama de llaves y el cocinero no daban abasto… 

En esos años llegué a conocer todos los oficios para el mejor funcionamiento de La Casa… Una gran casa aristocrática es como una empresa y, por tanto, así debe ser gestionada: con rigor profesional... Con el tiempo, con los años, llegué a ser el Mayordomo de aquella casa tras el fallecimiento del titular, hecho que cambió mi vida hasta mi jubilación en 1985… 

Antes, y ya siendo Secretario del Mayordomo, me casé con el ama de llaves… Tuvimos un hijo, pero la vida me lo quitó siendo aún muy pequeño (no había cumplido los cinco años cuando murió) y mi mujer se hundió de tal manera tras la muerte de nuestro hijo que, al cabo, murió de tristeza una tarde de otoño años después de terminar la guerra en Europa en 1945...

Jubilado -y solo- decidí regresar a España, a Sevilla, de donde era mi padre y donde todo empezó...

Una noche de 1986 ó 1987, ya no recuerdo bien, conocí a mi nuevo señor en “LA CARBONERÍA”, un lugar donde la progresía sevillana se dejaba ver rodeada de flamencos, bohemios, poetas y artistas; desde escritores a cantores y cantaores de flamenco, amén de borrachos y gente del mal vivir... Y donde mi señor era asiduo en aquella época: era muy juerguista en el sentido de estar casi todo el día en la calle: almorzaba y cenaba en la calle y luego seguía la noche con copas... Claro que era la treintena y toda la vida aún por delante, me dijo una vez como justificando su comportamiento, actividad hoy imposible de sobrellevar por su edad...

Tras este encuentro fraguamos una gran amistad y me convertí, a su pesar, en su mayordomo… Desde entonces, y por temporadas, aparece en mi vida; ya sea por la mañana, al amanecer, por la noche; o de madrugada o al atardecer… Y sueño con aquel tiempo, yo, Rogelio Garret; yo, que no existo ni aquel tiempo existió!!!... 

Y así comenzó toda esta locura que poco a poco voy contando y que he titulado LIBRO DEL SOSIEGO para contrarrestar la adicción de mi señor para con un loco compatriota mío, Fernando Pessoa, que escribía y escribía en todo tipo de soporte, lo guardaba en un baúl, y, tras su muerte, se editó como “EL LIBRO DEL DESASOSIEGO DE BERNARDO SOARES”, un libro que yo creo es el responsable de la locura, a veces, de mi señor… 

Otra explicación de su extrañeza para con el mundo que le ha tocado vivir no tengo, por ahora…

P.S

Esta historia del LIBRO DEL SOSIEGO sería una historia real si no fuese porque el autor de estas memorias, misceláneas, conversaciones con mi señor, o como quieran llamarles, yo, su mayordomo, yo Rogelio Garrett nunca existí..."

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Como véis, queridos amigos, Rogelio Garret está para encerrarlo… Pero no encuentro lugar donde hacerlo… Y me veo en un río que he visitado mucho; por el norte, por donde la vida me ha sido siempre más llevadera y sosegada a pesar de que soy del Sur y lo amo…