lunes, 8 de octubre de 2018

RAFAEL BALLESTEROS

Lo conocí en 1975. Fue en la cafetería de la facultad de Económicas de Málaga a donde vino a tomar un café con amigos comunes. Y desde entonces forma parte de ese entorno y contorno de mi vida... Hubo distancias físicas durante nuestras vidas, pero nunca distancias del alma...
Poeta, novelista, editor, y, sobre todo, un hombre comprometido que tomó partido hasta mancharse; cuando había que tomarlo y cuando había que mancharse... Y me llevó a tomarlo a mí también y a tantos otros de por los entonces...
Y es Libra, como yo; es decir, insatisfecho siempre porque sabemos que la belleza, aunque creamos alcanzarla, aún es más excelsa y alta... Y es que reside en alturas casi imposibles como un equilibrio que siempre se nos niegue porque no existe salvo en momentos sublimes; allí, donde nos sentimos eternamente sosegados y en paz con el mundo y basta una mirada para gozarlo...
Hablo de Rafael Ballesteros. Hablo de una persona que ayer cumplía un año más de vida, de afecto y de solidaridad para con nosotros, sus amigos...
¡Parabéns!!!, que te debí desear ayer desde Sintra, mientras la ciudad donde Byron se enamoró era víctima de un terrible incendio; como también lo hubo en Mondariz... Territorios que amo y profeso, y que me duelen como un adiós sin retorno...
P.D. Perdona, querido Rafael por no haberte felicitado ayer; pero no fue un buen día: me sostuvo un molestísimo lumbago que me obligó en reposos imposibles...
Abrazos eternos...
(Foto: era 1983; ayer mismo..)


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