miércoles, 10 de octubre de 2018

DELINCUENTES DEMAGOGOS E IMPOSTORES FALSARIOS

Entiendo que el miedo al desamparo y la escasa capacidad para aceptar la desesperación sean imprevisibles y opten por predicadores salvadores.
Lo indecente es que haya listillos que se aprovechen de aquellos con quimeras fascistas ya fracasadas en violentas crisis globales.
Y lo peor: que sean vociferados por medios de comunicación sin ética profesional ni estética moral...
¿Acaso no debiera ser considerada como delito aquella oferta sanadora-fascista y su exaltación mediática ad hoc?
No hablo de prohibiciones. Hablo de delitos cometidos por delincuentes a sabiendas...
Y antes de que el mundo se convierta en un lodazal de olvido y muerte...


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