viernes, 12 de octubre de 2018

12 DE OCTUBRE

Lo he dicho muchas veces ya: nunca entenderé eso de ser nacionalista y de izquierdas, como nadie ha sido capaz -con rigor intelectual- de explicarlo. Todo nacionalismo es excluyente, supremacista, xenófobo y reccionario por tanto. La izquierda que profeso, la que busca el progreso y la igualdad de oportunidades para todos, es la internacionalista; un internacionalismo más necesario que nunca ante la globalización de los poderes financieros, verdaderos poderes del mundo de hoy.
No, nunca fui ni seré nacionalista, ni secesionista; y menos aún cuando las naciones hoy son débiles, muy débiles, frente a la globalización financiera y de las grandes corporaciones cuyos propietarios son fondos de inversión que usan el ahorro mundial sin nombre ni apellidos... El Capital es anónimo, y todos participamos con nuestros pequeños ahorros de aquel... El sistema financiero, sus gestores, sólo administran el ahorro mundial, pero no son sus propietarios: el capital social de un banco, por ejemplo, apenas es simbólico... Las entidades financieras sólo usan el ahorro de los demás ciudadanos del mundo... Por tanto, se necesitan estructuras políticas superiores al estado-nación del pasado para regular sus actividades, siendo esta ausencia de control la causa principal de la actual crisis financiera que no se ha resuelto aún. Sólo más Europa y más Mundo sin fronteras nos podrá salvar del fascismo populista de los nacionalismos... Pero parece que no queremos aprender.
Es verdad que la inmigración es un problema real y de difícil solución sin aquellas estructuras políticas globales; pero la historia de la humanidad ha sido y será siempre la historia de las migraciones... Más de media España está despoblada; pronto necesitaremos mano de obra joven dada nuestra estructura de población... ¿Por qué los ayuntamientos y las comunidades autónomas no acogen a aquellos inmigrantes, les dan tierras baldías, casas abandonadas y las ponen en producción y que se busquen la vida, eso a lo que vienen a Europa, y así contribuir al PIB nacional y a equilibrar nuestra pirámide poblacional?
No, nunca he sido nacionalista porque nunca he sido xenófobo en un país donde ha sido frecuente apropiárselo reyes absolutistas o sátrapas dictadores; pero sí me gustaría pertenecer a un país donde se tiene, al menos, un respeto y un orgullo por formar parte de él, como Francia o Portugal, mis refugios eternos... Y no esta España rota por mor de mediocres jugando a los tronos o dictadores que la ensangrentaron a sabiendas de que sólo sabemos matarnos a golpes en vez de consensuar los problemas de todos. Y cuando, además, las decisiones sobre lo importante están más allá de sus tronos: las soluciones ya no pueden ser nacionales sino continentales. Y sus estructuras, por tanto, tienen que ser 'ad hoc' a esta realidad.
Pero sí tengo algo que celebrar: la onomástica de mis queridas Pilares...


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