Bajaron las temperaturas y alcancé Armenteira y su monasterio, donde Torrente Ballester vigila el acceso...
Y donde miradores, como el de Samieira, en Poio, o el de San Cibrán, en Meaño... Y toda la Ria de Pontevedra y la Ria de Arousa a mis pies, debajo de mis ojos...
Al cabo, Cambados y su Parador me esperaban; y donde tomo albariños y quesos variados con mermelada de pimientos...
Los dioses me consienten demasiado. Cosa que me sorprende pero que agradezco con toda mi alma...
Y donde miradores, como el de Samieira, en Poio, o el de San Cibrán, en Meaño... Y toda la Ria de Pontevedra y la Ria de Arousa a mis pies, debajo de mis ojos...
Al cabo, Cambados y su Parador me esperaban; y donde tomo albariños y quesos variados con mermelada de pimientos...
Los dioses me consienten demasiado. Cosa que me sorprende pero que agradezco con toda mi alma...
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