Últimos paseos por la coqueta y amable ciudad de Pontevedra; pronto, demasiado pronto, será el regreso...
Y esta pasada noche-madrugada, mientras cenaba en el Liceo-Casino de Pontevedra con unos amigos, supe de la venida al mundo de una nueva sobrina-nieta, ese prodigio de la vida que se reproduce de manera inevitablemente natural pero siempre sorpresiva... Fue entonces una cercana sensación de contento y aceptación del mundo, aquel que de manera constante nos impide el sosiego con su pesar y su insistencia para con la crueldad, frente a la hermosura de la vida...
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