"(...) Para que haya políticos corruptos ha de haber ciudadanos corruptores.
(...) La democracia exige que un mínimo de ciudadanos posea eso que se llama responsabilidad moral.
(...) Hoy cada cual tiene que inventarse su propia conciencia, su propio sistema de valores, su propia topografía moral. Uno tiene que autodefinirse sabiendo que no hay valores absolutos (...)"
(...) La democracia exige que un mínimo de ciudadanos posea eso que se llama responsabilidad moral.
(...) Hoy cada cual tiene que inventarse su propia conciencia, su propio sistema de valores, su propia topografía moral. Uno tiene que autodefinirse sabiendo que no hay valores absolutos (...)"
Salvador PÁNIKER. Cuardeno amarillo. Plaza y Janés. Barcelona 2000
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