VOLAR NO ES DE PÁJAROS

¡La de cosas que hay que mover para hacer un largo viaje en el tiempo!!!
Maletas, cuadernos, libros, aparatos y cables...
Y la mochila con las pastillas y los auxilios primeros...
Mañana, si los dioses me complacen, a estas horas estaré paseando por Ciudad Rodrigo, ciudad que ya conozco pero que, como sabemos, siempre regresamos a los lugares donde nos calmamos el alma y donde nos colmamos de hermosura...
Y tomaré vinos de Valladolid y chacinas de Salamanca en compañía de los mirobrigenses que me encuentre por sus hermosas calles...

Será la primera etapa de otra huida en busca de olvidos...

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Se lo comentaba a un querido amigo... Para muchos como yo es inevitable contar lo que nos ocurre a los amigos, o a la gente que de alguna manera está cerca de tu vida, como la familia y/o la gente que más necesitamos de ellas en todo momento; otros muchos son más reservados; a veces tanto que llegan hasta a mentir con tal de no ver traspasada aquella su intimidad que llamamos a los espacios más opacos, cuando en el fondo todos los seres humanos somos muy parecidos; sobre todo, ante los abismos de los sentimientos...

Como digo, soy de los primeros, de los que necesitamos contar las cosas que sentimos; y las cuento porque soy de los que hasta que no cuento lo que vivo o siento no termino de vivir lo vivido o sentir lo sentido (siempre que se pueda contar sin pudor y sin dañar a terceros)

Al fin y al cabo, sólo somos sentimientos...

Con esta estética -y esta disposición- volaré mañana, de nuevo, a otros lugares también cercanos...

"Ruega por que el camino sea largo" (Cavafis)