Mi capacidad de asombro está intacta, cosa que constato a diario, y si bien es un síntoma claro de estar vivo y coleando, al mismo tiempo es un tanto deprimente, y me explico...
Nunca entenderé cómo gente que estuvo en el poder en los años difíciles pone en cuestión los intentos de consensuar una salida razonable a tanto desamparo y se apunta a fantasmas déjà vu... Y lo digo con un sentimiento enorme de derrota: nada de lo humano me es ajeno. Y si algo es la vida es el tiempo vivido, el que nos deja la piel y nos saca las arrugas; y si ese tiempo al final sólo fue un olvido, una de dos: o no se fue honesto entonces, o se es un traidor a uno mismo ahora...
En cualquier caso: toda una tragedia moral e intelectual.
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