lunes, 1 de diciembre de 2014

Y NO SE LES CAE LA CARA DE VERGÜENZA...

Siempre que veo imágenes que nos enseñan a las claras la verdadera condición humana, siento una profunda melancolía; me educaron para intentar ser bueno en el sentido machadiano y para apostar siempre por la solidaridad frente a la malicia y el egoísmo...
A veces dudo de si fue acertada aquella educación; al menos no sufriría tanto y tan de continuo de haber sido distinta, me digo... Pero al cabo me alegro infinitamente de no pertenecer a esta calaña, a esta gente que ni siquiera se avergüenza de sus errores... No sólo son malvados, sino que además hacen gala de un desahogo insultante, cruel, para con la más mínima integridad y dignidad humanas...

Sí, siempre que veo este tipo de imágenes que me echan a la cara la verdadera condición humana, siento una profunda decepción en forma de fracaso personal y colectivo; pero al mismo tiempo agradezco a mis antepasados y a mi gente el que me hayan prevenido de tanta podredumbre moral a través del ejemplo de sus propias vidas...

Debe ser terrible entrar en la cárcel; yo me moriría, de seguro; pero más allá de que al fin se hace algo de justicia -aunque sea muy tarde y de manera atroz-, sigue siendo un espanto el que lo hagan, encima, sonriendo y sin caérseles la cara de vergüenza...


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios