No dormí bien; me temo que estuve velando los últimos momentos de su vida, como aquellos amigos de Tabucchi que estuvieron los tres últimos días a su lado... Quizás me esté ocurriendo con Pessoa como a Don Quijote con los caballeros medievales... Claro que mis hazañas son más livianas y más placenteras: no salgo nunca de la ciudad que amo, de la ciudad que persigo, de la ciudad que sueño: Lisboa es siempre el destino...
Y así, a diario, me encuentro con Pessoa por La Baixa; y nos vamos a comer a una de esas casas de comidas donde tanto gustaba; o en Martinho da Arcada, donde el café brasileiro y los pasteis de nata exquisitos; o en El Chiado, en A Brasileira, donde le espera Mario de Sá-Carneiro para decirle que marcha a París, un París del que no regresará con vida.... O subiendo a Sintra en un Chevrolet descapotable...
Y me dice siempre:
"La espantosa realidad de las cosas
es mi diario descubrimiento.
Cada cosa es lo que es,
y es difícil explicarle a nadie cómo me alegra esto,
y cuánto me basta.
Basta existir para sentirse completo."
Hoy, ha muerto; hace ya 79 años; pero he estado velando sus últimos momentos para que nunca estuviese solo, eso que tanto supo qué significa y es:
"Si te resulta imposible vivir solo, es que naciste esclavo", me dijo ya casi sin voz...
No sufrió; estábamos con él los amigos de Pessoa (Los tres últimos días de Fernando Pessoa. A.Tabucchi) y yo...
Y nos susurró, antes de apagar la vida:
"Cuando vuelva a venir la Primavera,
quizá ya no me encuentre en el mundo."
Y así, a diario, me encuentro con Pessoa por La Baixa; y nos vamos a comer a una de esas casas de comidas donde tanto gustaba; o en Martinho da Arcada, donde el café brasileiro y los pasteis de nata exquisitos; o en El Chiado, en A Brasileira, donde le espera Mario de Sá-Carneiro para decirle que marcha a París, un París del que no regresará con vida.... O subiendo a Sintra en un Chevrolet descapotable...
Y me dice siempre:
"La espantosa realidad de las cosas
es mi diario descubrimiento.
Cada cosa es lo que es,
y es difícil explicarle a nadie cómo me alegra esto,
y cuánto me basta.
Basta existir para sentirse completo."
Hoy, ha muerto; hace ya 79 años; pero he estado velando sus últimos momentos para que nunca estuviese solo, eso que tanto supo qué significa y es:
"Si te resulta imposible vivir solo, es que naciste esclavo", me dijo ya casi sin voz...
No sufrió; estábamos con él los amigos de Pessoa (Los tres últimos días de Fernando Pessoa. A.Tabucchi) y yo...
Y nos susurró, antes de apagar la vida:
"Cuando vuelva a venir la Primavera,
quizá ya no me encuentre en el mundo."
Sí, ayer hizo 79 años de la muerte del más grande poeta de la Iberia.
Y lo hemos conmemorado con su lectura...
Y lo hemos conmemorado con su lectura...
Fernando Pessoa fue un enorme fingidor:
El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente
Que hasta finge que es dolor
El dolor que de veras siente.
Y quienes leen lo que escribe,
Sienten, en el dolor leído,
No los dos que el poeta vive
Sino aquél que no han tenido.
Y así va por su camino,
Distrayendo a la razón,
Ese tren sin real destino
Que se llama corazón.
F. PESSOA
El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente
Que hasta finge que es dolor
El dolor que de veras siente.
Y quienes leen lo que escribe,
Sienten, en el dolor leído,
No los dos que el poeta vive
Sino aquél que no han tenido.
Y así va por su camino,
Distrayendo a la razón,
Ese tren sin real destino
Que se llama corazón.
F. PESSOA
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios