¡El noventa y nueve por ciento de los conflictos que sacuden el mundo nace del desconocimiento!"
Lamentablemente, se ha optado por lo primero: percibir al otro como un enemigo, de nuestra cultura, de nuestra religión...
Y así nos va, con un insaciable florecimiento del nacionalismo, que con la depresión económica como consecuencia de la crisis financiera internacional, se ha agudizado.
Sólo una esperanza: que las nuevas tecnologías acaben con los manipuladores de la mentira; que la rebelión discreta y silenciosa de la humanidad informada acabe con el olvido de muchos ingratos desmemoriados; y que más temprano que tarde, el mundo se haga tan pequeño que no nos sea desconocido...
Porque sólo el saberlo lo hará habitable; porque sólo el conocerlo lo hará solidario y comprensivo.
¡Que así sea!, como señala Kapuscinski...
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