miércoles, 1 de octubre de 2008

LA DOBLE MORAL COMO COMPONENTE DE LA DESVERGÜENZA

Las televisiones privadas, que son unas concesiones temporales de servicio público según la ley vigente, no dicen toda la verdad en sus críticas a las televisiones públicas, aquellas que reiteran su disconformidad con que las públicas compitan en el mercado publicitario como una de sus fuentes de ingresos, amén de la subvención pública; y no dicen toda la verdad, entre oras cosas, porque no pagan un canon anual por aquella concesión. ¿Y por qué eso es así?; ¿acaso porque ese fue el pacto en su día: no pagarían canon alguno por la concesión, a cambio de aceptar la competencia del sector público (TVE y autonómicas) en el mercado publicitario?.
Y además, ¿cómo se mantiene que el grupo Prisa, componente de UTECA a través de Cuatro, critique a las televisiones públicas por competencia desleal en tanto reciben subvención pública y compiten por la tarta publicitaria en aquel mercado, y al mismo tiempo, una de sus empresas tiene suscritos vigentes contratos de explotación publicitaria (redes de venta) de varias televisiones autonómicas, es decir, públicas?
Una vez más la doble moral de la desvergüenza no tiene límites...

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