lunes, 27 de octubre de 2008

CRONICAS GALLEGAS (DE OTOÑO)

27 DE OCTUBRE

-"¡Mamá, que no quiero ir al colegio!...
-¡Claro que vas!, -le dijo la madre.
-¡Mamá que no quiero!!!!...
-¡Pues tienes que ir!!!, -le reiteró la madre.
-Pero, ¿por qué?...
-¡Porque eres el director!", -acabó recordándoselo la madre"....

Hoy no quise levantarme de la cama pronto; es el primer día, desde mi regreso, que orballea en Galicia. Y las temperaturas, aunque suaves, han bajado un poco. No como ayer, donde brilló un espléndido sol, con un poco de calor al sol (apenas se podía estar tomándolo) y con un paisaje otoñol y bosqueño como el que sólo nos ofrece el Lugo del entorno de Monforte de Lemos, por donde anduvimos recogiendo castañas, tomando caldos gallegos de berzas blancas, lacón, pollo campero, patatas, pimientos y vinos de Amandi y licores de café, de cosecha propia ambos. Y de postre, natillas como las de abuela Carmen, un bizcocho de frutos secos que hace la hermana Carmen (como un pan romano de frutos secos) y café.
Y para merendar, tras volver de los Miradores de los cañones del Sil, tomamos castañas asadas que los padres de Blanca ya nos tenían preparadas..
Sí, los padres de Blanca, con esa hospitalidad gallega tan antigua y sentimental como un beso, nos acogieron con una enorme e infinita sencillez; tan enorme e infinita como mi gratitud hacia ellos que nos permitieron pasar un soberbio día de otoño por la Galicia más animada de bosques, y más oculta en la mirada...

Hoy no quise levantarme de la cama pronto: orballea en Galicia y es un espectácculo ver la niebla como un manto protector sobre la ciudad de Pontevedra...

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