Decía Wilhelm Dilthey que el hombre no había nacido para ser juzgado, sino para ser comprendido...
Yo tengo que reconocer que he llegado a la conclusión de que no comprendo al hombre de hoy... La estulticia, el tópico, lo zafio, la vulgaridad, la mediocridad acrítica, la desidia y la mala educación parecieran la única razón de ser, vivir, comunicar, sentir y estar de la mayor parte del hombre de hoy en el mundo...
Para colmo pongo el informativo de las 21 horas de TVE y aparece la ciudad de Vigo como una de las noticias de cabecera... Y sale gente (esa manía de los medios de pedir opinión a todo el que pasa por ahí, esa muestra de lo real sin excusas) que dice que viene de Canarias para ver el alumbrado navideño de la ciudad que hoy ha inaugurado el alcalde Abel Caballero... Y dicen los hosteleros que ya tienen ocupación casi 100% todos los fines de semana por el turismo de la iluminación navideña (estamos a más de un mes de la Navidad) de la ciudad de Vigo... Y claro, me quedo con cara de espanto: ¡ir desde Canarias a Galicia para ver el alumbrado de Vigo!!!...
Tengo morriña en forma de saudade (la saudade tiene un grado más de melancolía que la morriña), sí; y mucha desde que dejé aquella tierra que tanto tiempo me ha acogido este año, pero tengo morriña, saudade, de Galicia, de sus paisajes, de sus lugares y de sus gentes; nunca la podría tener de un espectáculo obsceno en tiempos de crisis con este excesivo gasto de luz en forma de circo comercial justificado en aquello del retorno de la inversión, cuando se quiere atajar la inflación también por el lado de la demanda...
Sr Dilthey, dimito: no alcanzo a comprender al hombre; claro que, tampoco soy quien para juzgarlo... De ahí mi dimisión y mi desacuerdo con usted...
Foto: Wilhelm Dilthey, filósofo, historiador sociólogo y psicólogo alemán (1833-1911)
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