domingo, 13 de noviembre de 2022

LIBRO DEL SOSIEGO DE ROGELIO GARRET (13 noviembre 2022)

13 noviembre 2022
22,40 horas
Rogelio Garret ha estado ausente durante el día; me temo que tiene un asunto de faldas que me oculta: lleva dos días en los que apenas está en casa…
Al fin llega…
-Toc, toc… ¿Se puede, Señor?...
-¡Claro, adelante Rogelio!...
-Antes de nada quisiera saber qué tal ayer en la reunión con sus amigos… Debió estar a gusto porque llegó a altas horas de la noche…
-¡Ah!, pues muy bien… Bueno, no llegué tan tarde, ¿no?...
-Señor, ya sabe que me retiro a mis aposentos antes de las 22 horas, y usted aún no había regresado…
-Bueno, es cierto… Agoté la jornada Y es que no todos los días podemos vernos… Ya sabes que la amistad es un don que los dioses conceden y que, por desgracia, muchos no saben valorar... Para mí es un bien superior al amor de pareja, pues no hay más que verdad en el sentimiento de la amistad, sin interés de ningún tipo. En otro tipo de relaciones humanas hay, más allá de amor y solidaridad, intereses de todo tipo quizá en formas latentes, como el miedo a la soledad o la necesidad de compañía; o peor aún, quizá haya algo de esclavitud por no saber uno vivir solo: “si te resulta imposible vivir solo, es que naciste esclavo”, dijo Pessoa que tanto sabía de soledades… En cambio, en la amistad todo es desinterés y verdad... Hablo de la amistad cierta, no de eso que tanto se lleva de decir amigo cuando sólo se trata de 'conocido', sentimiento que más tiene que ver con intereses personales que con el verdadero sentimiento desinteresado de la amistad... Y es curioso cómo a lo largo de la vida de muchos se dice aquello de que por mor de las distancias se van perdiendo amistades; pero yo no soy de esa opinión… Es cierto que a lo largo de nuestras vidas vamos cambiando de gente con la que llegamos a tener un grado de afecto alto, pero sostengo que estas nuevas amistades no son tales, sino sólo nuevos conocidos por determinadas coyunturas, como cambios de residencias o de trabajo, por ejemplo. Cuando la amistad es de verdad, forjada en la juventud y en los años de aprendizaje, por tanto, honesta, es eterna y de por vida... Y ya puede haber distancia y más distancia, que aquel verdadero sentimiento de la amistad perdurará siempre y para siempre en nuestros adentros... Yo, lo reconozco incluso públicamente, he sido un afortunado en esto: mis amigos de Sevilla, la ciudad donde más tiempo he vivido, ahí están, a pesar de mi regreso a Málaga. Y si volviese a Sevilla, sería como no haberme ido. Y así, mis amigos de Málaga, aquellos que dejé durante años sin vernos, aquí están, cerca siempre y conmigo presentes como en el día de ayer con algunos de ellos… Por cierto, te dejo una foto del día de ayer…
-Señor, es usted un afortunado; yo, por mor de mis asuntos profesionales, no he tenido amigos; los altos niveles de exigencia de mi profesión me lo han impedido; pero de seguro que lo que me cuenta debe ser un verdadero sentimiento superior al del amor convencional... Y le felicito por haber conocido ese tan sutil y refinado sentimiento…
-Bueno, supongo que en tus años en Londres tendrías fines de semana libres y podrías haber conocido a gente con la que tener una gran amistad, ¿no?...
-Sí claro, Señor… Así fue, pero ya sabe que la amistad como todos los afectos importantes requieren de mucha prestancia, prestancia que sólo tenemos en los años de juventud y aprendizaje… Y quizá lleve razón en eso de que los más grandes amigos se forjan siempre en aquella etapa de la vida… Luego, con los años, aparecen los intereses y los egoísmos…
-Por cierto, ¿no tienes nada que contarme sobre tus escapadas y ausencias de estos días? Te lo digo por si quieres contarme algo… No quisiera parecerte un cotilla, pero si me necesitas aquí me tienes… Lo digo porque me temo que hay algo de faldas en tu derredor… ¿o me equivoco?...
-Señor, tiene usted un sexto sentido… El señor me perdone, pero aún no estoy en condiciones de contarle nada sobre asuntos sentimentales… Y además es muy tarde ya… Un día de estos le pondré al día de un asunto que me lleva…
Si no dispone de nada más, le dejo con sus asuntos. Me voy a descansar… Buenas noches tenga el señor…
-Buenas noches, Rogelio… ¡Ah!, si no te apetece hablar de “ese asunto que te lleva” no te preocupes: lo entenderé… Descansa…



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios