8 noviembre 2022
9,35 horas
Rogelio está preparando el desayuno...
-Buenos días, Señor!... Enseguida le sirvo el desayuno... Por cierto, ¿ha oído las declaraciones de la Señora Ayuso?...
-¿Qué barbaridad ha dicho ahora?...
-Señor, esta mujer no está en sus cabales... Ha dicho que "Sánchez se ha convertido en el Le Pen de la izquierda europea", y no ha dudado en tildar al Gobierno en varias ocasiones como uno "autoritario", que quiere "perpetuarse en el poder y tener a la oposición en la cárcel, como en Nicaragua"...
-¡Bueno!!!... Esta mujer hace tiempo que está instalada en el disparate... Lo lamentable es que aquellas palabras y obras tengan público que las hace suyas. En cualquier caso, la decadencia de la democracia española y sus asuntos hace que la sociedad en su conjunto esté cada día más desencantada a futuro y crispada... Si ya era impresentable en España el tener de socio de gobierno a gente que a diario se desdobla y parece la oposición a aquel gobierno del que forma parte, la alternativa no puede ser esta demagoga y populista forma de gobernar.. Porque si el Sr Feijóo ya ha demostrado su incompetencia, la Sra Ayuso, como la lideresa de facto de las derechas y que ha demostrado más de dos veces que en el PP manda ella (una, tumbando a Casado; otra haciendo rectificar a Feijóo y no renovar el Poder Judicial) no deja de señalarnos un nefasto fututo para los próximos años en España... Querido Rogelio, me temo años oscuros donde la inteligencia, si no muerta como decia aquel siniestro, esté en coma...
-Señor, me deja usted de piedra... Y lo peor, ya no nos queda ni París...
-Hombre, Rogelio me sorprende tu melancolía y tu sentimentalidad...
-Perdone el Señor, no volverá a repetirse... Un mayordomo nunca debe expresar sus sentimientos ante su señor... Es la primera norma necesaria -que no suficiente- para tan elevada profesión...
-Rogelio, me gusta que tengas sentimientos y dejes ya esa cantinela encorsetada de tu noble oficio de entonces. Te repito que no eres mi mayordomo, pero ya veo que es inútil...
-Lo siento, Señor... Siempre seré su mayordomo. Sólo así podré tener la conciencia tranquila para con su bondadosa acogida en esta casa... Y por cierto, ¿ cómo sigue de sus males?...
-Bueno, ahí voy... De tanto estornudar me duele todo el tórax... A ver si poco a poco los antihistamínicos e inhaladores hacen su efecto...
-Me alegro vaya la cosa mejor. Si necesita algo, ya sabe...
-Gracias, Rogelio... Voy a ver las noticias mientras desayuno...
-Si me permite un consejo, no se informe tanto y disfrute de la belleza del mundo, más allá de sus listillos e impresentables hombres que juegan a los tronos...
-Sí, es un buen consejo, querido Rogelio... Que tengas un buen día...
-Igualmente, Señor...
Y así empezó una nueva mañana de otro nuevo día... De fondo sonaban canciones napolitanas eternas...
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