martes, 1 de octubre de 2019

1 DE OCTUBRE

Yo, que nací el día de aquel Caudillo de las Españas, viví, hace hoy dos años, otro 1 de octubre de un nuevo caudillo, hoy fugitivo, y que quiso reinar con fullerías en una parte de aquellas Españas.
Yo, que vine al mundo un 1 de octubre, sólo tengo una patria; una sola, pero que está conformada por muchos territorios: aquellos que me recuerdan siempre que vine al mundo un 1 de octubre y que desde que abrí los ojos sentí mucho afecto cercano y protección, porque enseguida toda mi gente supo que el mundo aquel al que vine no me gustaba, me era enemigo, y me sentía extraño en él porque maltrataba toda ambición de belleza y ternura...
Sí, tal día como hoy, hace ya mucho años, vine al mundo y no me gustó; y desde entonces nunca entendí a los conservadores: ¿qué conservar si todo el mundo que vi era gris, siniestro, muy desigualdad y repleto de miseria y silencios de derrotas; o de triunfos amargos, llenos de sangre y melancolía...?
Sí, yo vine al mundo aquel 1 de octubre; y, repito, como no me gustó tuve que inventármelo... Y lo fui haciendo a diario y en diferentes lugares del mundo; por eso no tengo patria al uso; mi patria es mi memoria; una memoria que reside en aquellos lugares -con sus gentes- donde al regresar siento que nunca me fui y adonde siempre necesito regresar; para sentirme y reconocerme como lo que soy: un perdedor, un escéptico, un derrotado, sí, pero que sobrevive aún en este lodazal del mundo que vi primero y del mundo de hoy que erre que erre repite sus eternos y constantes errores... Una derrota doble por ser 'Libra' y no haber podido encontrar y sostener ese punto de equilibrio a que nos obliga la balanza...
Y cuando ya apenas queda tiempo, cuando ya se han quedado en el camino tantos amigos, tanta gente querida y necesitada, reclamo mis patrias, mis tiempos idos, aquellos territorios y sus gentes, como una especie de necesidad de reencuentros con mis torpezas y sus errores...
Eso sí, pidiendo perdón siempre por aquellos errores con todas sus torpezas por el daño a terceros que pude hacer y que de seguro hice...
Al cabo, con el abuso de la razón, acabé tomando partido hasta mancharme: la utopía no sirve para mucho, pero como nos dijo el uruguayo Galeano, "la utopía nos sirve para caminar"...
Y así he andado muchos caminos, aquellos que quise y pude al fin transitar...
Y heme aquí, derrotado, sí; escéptico, de manera inevitable... Pero vivo, inquieto y con ganas aún de dar la lata...
Y dando las gracias a todos por aguantarme!!!...
Recuerdo siempre que mi madre, Doña Lola, era la primera en felicitarme cada primero de octubre, ese día que vine al mundo hace ya muchos años; ciertos por vividos; inevitables por sentidos... Y desde que ella no está, hace ya muchos años, el Facebook me recuerda que tengo casi un millón de amigos que me felicitarán de nuevo por algo tan hermoso como estar vivo y querer seguir estándolo...
También he sostenido siempre que para mí la amistad es lo más grande del hombre; en la amistad no hay más que afecto y ternura... No hay egoísmos, ni celos, ni otro sentimiento que la solidaridad... Por eso la aprecio y estimo tanto... Y por eso es tan escasa. Aunque yo soy muy afortunado: no lo he calculado, pero creo que una gran parte de mis amigos del Facebook son amigos físicos, reales, como mi gran tesoro y mi enorme fortuna; y de los otros, que apenas conozco, sí sé ya de muchos que para mí son imprescindibles...
La vida se nos va deprisa, sí; y urgente siempre; y así, me fue quitando año tras año a seres humanos que me eran muy queridos y hacia los que sentía una infinita ternura por todo lo que estaban pasando; sé que es inevitable el adiós, pero qué trabajo cuesta saber que sufren y que tarde o temprano te quedarás más solo...
Pero aquí seguiré; quizás como huidizo; o quizás pensando qué me deparará la vida escasa que ya nos va quedando, y cuando aún todas las incertidumbres y pocas certezas... Y cuando una pandilla de descerebrados delincuentes nos atosigan a diario...
Sí, aquí seguiré; con las mismas ganas de levantarme cada día para seguir construyendo una historia, la de mi vida. No será, quizás, una hermosa ni gran historia, pero será la mía, que, inevitablemente, comparto en gran parte con todos vosotros, los que me leéis, los que me seguís, mis amigos, mi gente...
Decía Albert Camus que "envejecer es pasar de la pasión a la compasión"... Pues eso...
Gracias a todos los que me estáis felicitando en un día que años atrás (demasiados ya) fue un comienzo de algo que inevitablemente acabará en el olvido que seremos...
Besos y abrazos para todos...



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios