lunes, 16 de abril de 2018

DIARIO DE OTRA NUEVA HUIDA...

Domingo 15

Desde Segovia, con amor...




En el regreso al hotel tras una tarde asombrosa y emocionante por la Segovia Monumental (la carretera, Don Quijote, Puerto Lápice, con su Aprisco y su afamada Venta, donde exhausto permanece inmóvil Alonso Quijano, atravesar la R4 de Madrid y tapear en San Rafael de los Arcángeles) tiene esas cosas del cansancio y la certeza de que necesito descansar, sentir lo vivido sin pensar, como cuando se ama, sin saber por qué se ama ni para qué, me encontré con este ejemplar de fachada en picos que, inevitablemente me llevó a Lisboa, a la Casa dos Bicos que tanto gustaba a Pessoa y que hoy es la sede de la Fundación José Saramago...
Y le eché un recuerdo a mi querida Pilar del Río...
En momentos sigo subiendo fotos y contando tantas hazañas, de menor rango que las quijotescas de Alonso Quijano, pero más hermosas quizás!!!


Lunes 16

Temprano madrugó la madrugada y de nuevo nublado y frío; pero necesitaba acercarme a ver la ciudad amurallada tranquila y cómodamente, sin gente, sin turistas con mochilas y botellas de agua; sin japoneses o chinos (nunca logré distinguirlos, salvo por la estatura: aunque los chinos creo que ‘ils son trop petits’ aún!!!)...
Sí, definitivamente España es un país extraordinario, hermoso, variado, con un problema: los españoles!!!
Parafraseando a Machado, Don Antonio, al que visité en su casa en la primera mañana y quedé impactado de donde vivió y por cómo en esta hermosísima ciudad de Segovia, cuando dijo aquello de “¡qué pena de Sevilla con tantos sevillanos!”, pues eso, qué pena de España con muchos de sus españoles...!!!
Y fue el asombro reiterado pero nuevo siempre...








CASA MUSEO ANTONIO MACHADO
El 26 de noviembre de 1919 llega a Segovia Don Antonio Machado; viudo (Leonor murió siete años antes en Soria) y desencantado de Baeza, por donde estuvo desde que enviudó. 
Se instaló en una humilde pensión, donde alquiló un cuarto modesto y donde compartió vida con otros inquilinos.
Hoy, en la primera mañana, y como ya he relatado, he visitado su Casa Museo de Segovia, sita en aquella humilde pensión...
Humilde como era él, como su Juan de Mairena; porque no hay mayor grandeza que la humildad...
Machado, para mí, más que toda su obra, representa la España que debió ser y nunca fue; y desde que como bachiller lo leí y vi fotos suyas, desde entonces me recuerda a mi abuelo materno, Modesto Vázquez Añón, boticario, como su padre, en Tolox y que la maldita guerra lo apartó del lugar que más amaba: su pueblo y su campo...
Hoy me paseé por la modesta pensión segoviana de un hombre derrotado que para mí siempre representa la dignidad humana en el más alto grado, así como la España que aspira a lo mejor pero que no respira, ahogada en sus sempiternas formas de quijotismo y pancismo: ("Una de las dos Españas ha de helarte el corazón")
Y sentí una profunda emoción en forma de escalofrío...

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