jueves, 7 de septiembre de 2017

NO FUE UN BUEN DÍA...

Ayer no fue un día para recordar: ¡vaya temporadita que llevo!!!
No sólo hay fantoches golpistas y reaccionarios franquistas por doquier disfrazados de demócratas; también hay plumillas modernos que se pasan dos pueblos con tal de protagonizar minutos de gloria aunque sea entre usuarios de las redes sociales epatando de independencia y equidistancia...
Lamentable la perdida de rumbo de amplios sectores sociales que se postulan como si el mundo lo hubiesen inventado ellos, tan indocumentados como osados y que no saben mirarse al espejo porque se asustarían de sus miserias...
No, no fue un día para recordar; salvo para recordar que hace 10 años, tal que hoy, nos dejaba un tenor al que siempre tuve admiración. Los hay mejores, dicen los entendidos pulcros; es posible: mi conocimiento no me alcanza para esos debates; pero ninguno me emocionaba por simpatía tanto como él. Y lo que pude conocer de su vida y de sus actos así me lo corrobora...
Hablo de L. Pavarotti, para mí una voz que me acompañó siempre desde mis primeros años de madurez, cuando al fin supe captar la belleza de la ópera, el espectáculo total e insuperable...
Y este aria, interpretado por él, siempre me emociona de manera inevitable...

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