En la mañana me pusieron la vacuna antigripal como ya viene siendo habitual en los últimos años; esa forma de prevenir gripes que en mi caso son insufribles, aunque no me libre de pequeños resfriados que se me complican algunos...
Y de paso, me hice con un libro fundamental de Joan Margarit: "Arquitecturas de la memoria", nuevamente editado por Cátedra y en edición bilingüe y nuevamente a cargo de nuestro amigo José Luis Morante...
De Margarit ya disponía del soberbio libro "No estaba lejos, no era difícil", en Visor, pero no tenía estas 'arquitecturas' de su memoria...
Margarit, poeta bilingüe (catalán-español), es arquitecto y profesor (jubilado) de la Escuela de Arquitectura de Barcelona; y es, para mi, uno de los imprescindibles...
Como él mismo ha dicho, fuera de la poesía nos encontramos a la intemperie...
ELLA
Llega el tiempo de no esperar a nadie.
Pasa el amor, fugaz y silencioso
como en la lejanía un tren nocturno.
No queda nadie. Es hora de volver
al desolado reino del absurdo,
a sentirse culpable, al vulgar miedo
de perder lo que estaba, ya, perdido.
Al inútil y sórdido tiempo moral.
Es hora ya de darse por vencido
en el trabajo a solas, otro invierno.
¿Cuántos quedan aún, y qué sentido
tiene esta vida donde te he buscado,
si ya llegó la hora tan temida
de comprobar que nunca has existido?
Joan MARGARIT: Arquitecturas de la memoria. Cátedra. Madrid 2006
Y de paso, me hice con un libro fundamental de Joan Margarit: "Arquitecturas de la memoria", nuevamente editado por Cátedra y en edición bilingüe y nuevamente a cargo de nuestro amigo José Luis Morante...
De Margarit ya disponía del soberbio libro "No estaba lejos, no era difícil", en Visor, pero no tenía estas 'arquitecturas' de su memoria...
Margarit, poeta bilingüe (catalán-español), es arquitecto y profesor (jubilado) de la Escuela de Arquitectura de Barcelona; y es, para mi, uno de los imprescindibles...
Como él mismo ha dicho, fuera de la poesía nos encontramos a la intemperie...
ELLA
Llega el tiempo de no esperar a nadie.
Pasa el amor, fugaz y silencioso
como en la lejanía un tren nocturno.
No queda nadie. Es hora de volver
al desolado reino del absurdo,
a sentirse culpable, al vulgar miedo
de perder lo que estaba, ya, perdido.
Al inútil y sórdido tiempo moral.
Es hora ya de darse por vencido
en el trabajo a solas, otro invierno.
¿Cuántos quedan aún, y qué sentido
tiene esta vida donde te he buscado,
si ya llegó la hora tan temida
de comprobar que nunca has existido?
Joan MARGARIT: Arquitecturas de la memoria. Cátedra. Madrid 2006
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